martes, 29 de julio de 2014



Lao Tse dijo:

… Quienes se mantienen en el Camino para guiar a la gente fluyen con los acontecimientos a medida que suceden y actúan conforme a lo que la gente hace. Responden según la evolución de cada ser y están en armonía con los cambios de cualquier acontecimiento. 

Así pues, el Camino está vacío y no es cosificado, llano y fácil, claro y en calma, flexible y complaciente, sin adulteración y puro, plano y simple. Éstas son imágenes concretas del Camino.

La no cosificación vacía es la morada del Camino. La calma clara es su espejo. La complacencia flexible es su función. La inversión es normal para el Camino: la flexibilidad constituye su firmeza, la complacencia su fuerza. La pureza no adulterada y la simplicidad llana es la principal línea del Camino.

El vacío significa que no hay fardo dentro. La ecuanimidad significa que el espíritu es ilimitado. Cuando los deseos habituales no son un fardo para uno, eso es la consumación del vacío. Cuando no se tienen preferencias ni aversiones, eso es la consumación de la ecuanimidad. Cuando se está unificado e inalterable, eso es la consumación de la calma. Cuando no se está metido en las cosas, eso es la consumación de la pureza. Cuando uno no se duele de nada, ni se recrea por nada, eso es la consumación de la virtud. 

El gobierno de las personas completas abandona el intelectualismo y deja de lado el adorno ostentoso. Dependiendo del Camino rechaza la astucia. Emerge de la imparcialidad en armonía con la gente. Limita lo que se conserva y minimiza lo que se busca. Se aparta de los anhelos seductores, elimina el deseo de los bienes valiosos y reduce el dar vueltas a los pensamientos.

Limitar lo que se desemboca en claridad, minimizar lo que se busca desemboca en el logro. Por ello, cuando lo externo está controlado por el centro, nada es descuidado. Si puedes alcanzar el centro, puedes gobernar lo externo.

Con el logro del centro, los órganos internos están en calma, los pensamientos son ecuánimes, los nervios y los huesos son fuertes, los oídos y los ojos están en claros.

El Gran Camino es llano y no está lejos de uno mismo. Quienes lo buscan lejos después regresan...

… La alegría y la cólera son desviaciones del Camino, la ansiedad y el lamento son pérdidas de la virtud. La preferencia y la aversión son excesos de la mente. Los deseos habituales son fardos de la vida. Cuando las personas se enfadan se destruye la tranquilidad; cuando las personas están muy alegres, se rompe la acción positiva. Con la energía disminuida, se quedan sin habla; asustadas y llenas de pavor se vuelven locas. La ansiedad y el lamento queman el corazón, y así se va apoderando la enfermedad. Si las personas pueden liberase de todas estas cosas, se funden con la luz espiritual. 

La luz espiritual es el logro de lo interno. Cuando las personas alcanzan lo interno, sus órganos interiores están en calma, sus pensamientos son ecuánimes, sus ojos y oídos están claros, y sus nervios y huesos son fuertes. Son poderosas pero no luchadoras, firmes y fuertes pero nunca agotadas. No son excesivas en nada, ni inadecuadas en ninguna cosa.

Nada en el mundo es tan blando como el agua. La manera de ser del agua es infinitamente amplia e inalcanzablemente profunda; se extiende de manera indefinida y fluye a lo lejos sin límite. Las crecidas y menguas pasan sin cálculo. Arriba en el cielo se convierte en lluvia y rocío; abajo en la tierra se convierte en humedad y pantanos. Los seres no pueden vivir sin ella, ninguna obra puede ser llevada a cabo sin ella.

Abarca toda la vida sin preferencias personales. Su humedad alcanza incluso a las cosas que se arrastran, y no busca recompensa. Su abundancia enriquece al mundo entero sin agotarse. Sus virtudes son dispensadas a los campesinos, sin ser desperdiciadas. No puede encontrarse ninguna finalidad en su acción. No puede captarse su sutileza. Golpéala y no habrá daño, atraviésala, y no será herida; acuchíllala, y no habrá corte; quémala, y no hará humo. Suave y fluida, no puede ser dispersada. Es suficientemente penetrante para taladrar el metal y la piedra, suficientemente fuerte para inundar el mundo entero. Tanto si hay exceso como carencia, permite al mundo tomar y dar. Se concede a todos los seres sin orden de preferencia; ni privada ni pública tiene continuidad con el cielo y la tierra. A esto se le llama la virtud suprema.

La razón por la cual el agua puede encarnar esta virtud esencial es que es blanda y deslizante. Por ello, digo que lo más blando del mundo conduce a lo más duro del mundo; el no ser no entra en ninguna separación. 

Lo que no tiene forma es el gran antepasado de los seres; lo que no tiene sonido es la gran fuente de la especie. Las verdaderas personas comunican con la dirección espiritual; quienes participan en la evolución como seres humanos mantienen la virtud mística en sus corazones y la emplean de manera creativa como un espíritu. 

Por ello, el Camino inexpresado es en efecto muy grande. Cambia las costumbres y los hábitos sin haber dado ninguna orden. Sólo es acción mental, todas las cosas tienen resultados, pero él va solo a las raíces, todos los asuntos tienen consecuencias, pero él únicamente permanece en la puerta. Así, es posible encontrar el fin de lo que no tiene fin y la esencia del infinito, percibir las cosas sin ser cegados y responder como un eco sin preocuparse...

… Nadie utiliza el agua corriente como espejo; el agua tranquila es la que se utiliza como espejo. Manteniéndote hacia adentro te vuelves tranquilo, y no estás dispersado hacia fuera...

… La claridad que se deriva de la pureza es tal que puedes ver las pupilas de sus ojos en una taza de agua; la alteración de lo turbio es tal que ni siquiera puedes ver una montaña en el agua de un río. Una orquídea no pierde su fragancia sólo porque nadie la huela, una barca no se hunde porque nadie monte en ella, y una persona no deja de practicar el Camino sólo porque nadie sea consciente del mismo: así es como estas cosas son por naturaleza…

… El yin y el yang no pueden ser permanentes; es invierno por un tiempo y verano por otro. La luna no conoce al día, el sol no conoce la noche…

… Un tambor no oculta su sonido, por ello puede tener sonido, un espejo no destruye la forma, por ello puede tener forma. Los carillones tienen sonido pero no suenan a menos que se muevan; los instrumentos de viento tienen música, pero no producen ningún sonido a menos que alguien sople en ellos. Por eso, los sabios se ocultan en su interior y no producen ningún sonido por los demás; cuando las cosas llegan las manejan, y cuando la gente llega a ellos responden…

… La energía positiva se eleva y después desciende, así es la maestra de miríadas de seres. No existe para siempre así que puede acabar y empezar de nuevo, y puede continuar de este modo perpetuamente. Porque puede continuar perpetuamente es la madre del mundo. La energía positiva puede dispensarse sólo después de haber sido acumulada, la energía negativa pueden ejercer su influencia sólo después de haber sido formada. Nada puede ejercer su influencia sin que antes se haya acumulado y formado. Por ello, los sabios son cuidadosos con lo que acumulan.

Cuando la positividad elimina a la negatividad todos los seres son fuertes. Cuando la negatividad elimina a la positividad todos los seres decaen. Por ello, cuando los líderes valoran el Camino positivo, prosperan entonces los seres; cuando valoran el camino negativo, no se desarrollan entonces los seres…

… Lo que permite sobrevivir a una nación es el logro del Camino; lo que origina que una nación perezca es la obstrucción de la razón. Por ello, los sabios ven el desarrollo de la sociedad observando sus signos. La virtud florece y decae, siendo las modas los primeros indicativos de ello. 

Así, quienes alcanzan el Camino de la vida, inevitablemente se vuelven grandes aunque sean pequeños; quienes tienen signos de morbosidad inevitablemente fracasan, aunque por el momento tengan éxito. Cuando una nación está moribunda, la grandeza no es suficiente para basarse sólo en ella; pero si allí dentro se sigue el Camino, incluso una pequeña nación no debe ser menospreciada. 

Así, la supervivencia se basa en el logro del Camino, no en la pequeñez; la ruina se encuentra en la pérdida del Camino, no en la grandeza. Los gobernantes de un país confuso se esfuerzan por ensanchar el territorio, no por la humanidad y la justicia; luchan por conseguir elevadas posiciones, no por el Camino y la virtud. Esto es abandonar los medios de sobrevivir y crear las causas de la destrucción...

… Cuando quienes actuaban como dirigentes en antiguos tiempos lo practicaban profundamente, a esto se llamaba el Camino y virtud; cuando lo practicaban superficialmente, a esto se le llamaba humanidad y justicia; cuando lo practicaban ligeramente a esto se le llamaba cortesía y conocimiento.

Estas seis cosas constituyen el entramado de una nación. Cuando se practican profundamente, se reciben bendiciones abundantes. Cuando se practican superficialmente, las bendiciones se reciben ligeramente. Cuando se practican al máximo, todo el mundo camina junto a uno...

… Así, el Camino no es para establecerse a sí mismo mediante la agresividad, ni para conquistar por la fuerza, ni para obtener mediante la competitividad. La posición consiste en ser promovido por el mundo, la victoria consiste en el acuerdo espontáneo del mundo, y la ganancia consiste en que el mundo te la otorgue, no en tomarla para ti mismo. 

Por tanto, llegarás a ser establecido si no eres agresivo, serás victorioso si eres flexible y te adaptas, y ganarás si eres humano y justo. Si no luchas, nadie puede luchar contigo. Esta es la razón por la que el Camino es para el mundo como los ríos y los océanos…

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